domingo, 27 de diciembre de 2009

"Cuando le oí gemir, pensé que era un gato" Paco Fernández, portero y ferretero, es el hombre que ha salvado la vida hoy a un bebé en Madrid con la ay


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PILAR ÁLVAREZ - Madrid - 27/12/2009

Paco ha salido de currar a primera hora de la mañana. Como cada domingo, volvía de la discoteca en la que trabaja como portero. Antes de acostarse sobre las siete de la mañana, ha sacado a pasear a Iris, su perra, una boxer marrón y negra de cinco años. Han hecho el recorrido de rutina, una vuelta a la manzana. Iris se ha puesto nerviosa y ha empezado a ladrar junto al portal de la calle de Duque de Sesto número 7, a unos 100 metros de su casa. "Oí como un gemido, creí que era un gato", explica Paco Fernández, madrileño de 36 años. "Ya me iba, pero la perra insistió", añade. Iris ha subido las escaleras del portal y se ha quedado parada, ladrando. Entonces Paco ha visto la bolsa de deportes azul, con una ranura abierta. El niño estaba dentro, cubierto por una toalla y una mantita blanca. "La abrí y vi dentro a un bebé, tenía la manta llena de sangre", añade. Le ha tapado con una manta y ha llamado al 112. "Tenía la cara muy blanca y gemía mucho", añade.

Le han atendido el personal del Samur y agentes de la Policía Municipal. Paco ni siquiera sabía que era un niño cuando se ha marchado a casa, todavía nervioso. Un bebé de tres kilos, muy moreno, con menos de una hora de vida y con el cordón umbilical sin pinzar, según ha explicado esta mañana la médica del Samur que le ha atendido, Natividad Ramos. El hombre que le ha salvado la vida ha dormido poco. Cuando le ha avisado de nuevo la policía para que bajara a reconocer el sitio, se lo ha contado a su novia, María José Moreno, de 27 años. Ella está muy orgullosa de su héroe. Es la que le insiste para que se deje hacer una foto. "Has hecho algo muy bueno, esto se tiene que saber", le dice. A Paco, que trabaja de lunes a viernes en una ferretería y saca unas pelillas los fines de semana "para la hipoteca", le da un poco de apuro. "No hice nada, lo que habría hecho cualquiera", se justifica. Cree que esta noche le costará un poco dormir. Está contento. Sólo tiene un mal pensamiento: "Ojalá encuentren a la madre y vaya a la cárcel, hay que ser muy mala persona para hacer eso".

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